lunes, 29 de septiembre de 2008

Home made bauhaus* **


Por Mariano Carrizo

El conformista es alguien que busca amalgamarse con su entorno, adoptar una forma para pasar desapercibido, mezclarse con aquello que lo rodea. Ese el anhelo de Clerici, el personaje central de la novela de Alberto Moravia que da título y vida al film de Bertolucci. “Un papanatas de la era fascista” se dirá apenas lo vemos interactuar. Un tipo cuya principal obsesión (¿hay obsesiones secundarias?) es pertenecer so pena del privilegio de la seguridad. Sin embargo este embanderado del “no me jodan” va más allá y trastoca el sentido de pertenencia con el de militancia. Clerici es un militante de la mutación.

El problema del fascista por conveniencia interpretado por Trintignant es que lo que incentiva su accionar no es pertenecer a algún grupo o entorno particular, sino el gesto que supone perderse en lo homogéneo ya que él se siente diferente. El speech made in marketing republic sostiene que lo que consumimos, lo que decimos, en definitiva todo lo que hacemos, está supeditado a una identidad que se construye sobre la diferenciación resultante de las decisiones que tomamos (por eso me voy a comprar el fiat Punto, porque me voy a sentir diferente). No obstante, el primero y fundamental error es tratar de pensar al conformista a través de la figura de la identidad, aspecto de “la” forma que no cubre toda su dinámica.

Pensemos al inmigrante que vive en Europa, tripeando por la directiva que impulsa el progresismo latino 2.0 (Espanya, France, Italia, entre otros) y que supone, si te agarran como ilegal, que te pueden meter en cana por algo así como 18 meses hasta que vean como te deportan (vía Spanair). Más allá de la pugna cotidiana por adoptar las formas mínimas que lo anquilosarán al paisaje batatudo que la vida en la gran metrópoli europea exige, el inmigrante (definido por el receptor que indica la in-vasión y el in-greso) no resigna, al menos la mayoría de las veces, lo que le corresponde en tanto identidad heredada. Aún más, esa identity es más fuerte que nunca. El tereré, el dulce de leche o la goiabada son íconos que sustentan la diferenciación en el mundo del jamón serrano. Pero, como vengo insistiendo, esta es la dinámica de la identidad. Digámoslo de modo más sencillo. La identidad, o su operatoria, no es más que una de las tantas formas posibles y disponibles en la tierra del decir. La identidad es (a) una forma, (b) un modo de generar formas, (c) el fondo, (d) ninguna de las anteriores, (e) todas las anteriores.

En cualquier caso los vaivenes de Clerici no dejan de ser una versión borrascosa de todo aquello que el prototipo de tipo moderno alimenta. Carga con culpa, vergüenza, orgullo, pertenencia y un montón de otros paquetitos adosados por aquello que una vez un amigo dio a llamar la OMS (Organización Mundial de los Sentimientos). Y claro que siente el fuego de la pelea interna, coquetea con mutar una vez más. Pero eso implicaría dejar de ser lo que todos esperan que él sea. Salvo que cambien las reglas del juego y el fiat Punto lo compren todos.

*La fotografía es de Vitorio Storaro. Hizo casi todas con Bertolucci, y otros berretines como Apocalypse now y Dick Tracy.
**El conformista (Il Conformista, Italia, 1970). Director: Bernardo Bertolucci. Guión: Bernardo BertolucciIntérpretes: Jean-Louis Trintignant, Stefania Sandrelli, Dominique Sanda, Gastone Moschin.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Publicidad en blogs


Distintos bloggers "reconocidos" vienen planteando la falta de publicidad en los blogs: tienen razón. Provoca tristeza averiguar cómo funciona el mercado publicitario en Internet: Google se la lleva toda. Tal vez es momento de que los departamentos de márketing de las empresas destinen una partida presupuestaria a la inexistente área "blogs". No desaparecería la "independencia", sólo se empezaría a reconocer monetariamente un laburo de masas.

viernes, 26 de septiembre de 2008

No es país para débiles


La muerte es parte de la ingeniería del mundo. "No es país para débiles" (2007), película de los hermanos Coen, se encarga de mostrar la lógica del asesinato. Bardem: una maquinita de matar. Buena peli.

jueves, 25 de septiembre de 2008

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Naturaleza humana, ¿un problema?


Por Ignacio Maciel

¿Es la Naturaleza Humana un problema político, filosófico o científico? O mejor: ¿qué le significa a cada una de esas disciplinas darse de narices con la pregunta acerca de la Naturaleza Humana? No siendo precisos (es decir, torpes) podríamos decir que para la política representa un telón de fondo sobre el que necesariamente debe operar su espectáculo; para la ciencia, una promesa o un ensueño: es su meta o bien la certeza de aquél que no puede hacer una delimitación estricta entre un parnaso onírico y la eterna vigilia. Sólo para la filosofía constituye un problema de hecho y de derecho; sólo para ella resulta imposible definirla de una vez y para siempre, pues ese movimiento implicaría su propia cancelación, su muerte, su adiós infinito. La filosofía somete a crítica, e incluso a escarnio, a la Naturaleza Humana. Esto es: no puede dejar de pensar en ella, sabiendo que en el fracaso de esa definición estriba todo su éxito como disciplina en la que sólo las preguntas valen como afirmaciones.

martes, 23 de septiembre de 2008

Poesía impositiva


Le informamos que a partir del 1º de noviembre de 2008, el cargo del abono mensual de su servicio Arnet 1M será de 89,9 IVA consumidor final incluido (menos mal). En caso de que usted cuente con una promoción vigente (cosa que ya no es así), este cargo aplicará una vez finalizada la misma. (Gracias Arnet por dejarnos seguir pagando internet igual de caro que en Europa, aunque diez veces más lenta).

jueves, 18 de septiembre de 2008

Semana abstracta*


*Publicado (por mí) en febrero pasado con el nombre Guita abstracta, la nota que leerán a continuación se relaciona de forma directa con la humareda financiera en la que vivimos.

Por P.E.

El viernes se conoció el ofrecimiento de Microsoft de comprar Yahoo por casi u$s 50.000.000.000 (50 mil millones, para ser más claros). ¿Se puede imprimir tanta cantidad de dinero? El erudito de las ciencias (sociales) económicas dirá: "No, son 50 mil millones en acciones", o algo parecido (agrega el autor de esta nota). Llama la atención la falta de tangibilidad de este intento de compra-venta. Ni hablar de la ausencia de bienes materiales que tienen las empresas en cuestión. Es verdad que cada una tiene un edificio, escritorios, computadoras, etc. en ciudades de todo el mundo, pero está claro que todo eso no vale tanto. Ahí falta la fábrica, maquinaria de producción. Google, Microsoft o Yahoo son como cuando Homero (Simpson, ¿quién otro?) decide abrir su compañía de Internet. La mesa del comedor, unos papeles, unos lápices hundidos en el pan de manteca que funciona como portalápices... ¡Y listo! "Compumundo, Hipermegarred, habla Homero Simpson, Vicepresidente Junior, en qué lo puedo servir", dice entusiasmado Homero al levantar el teléfono que suena luego de instalar la flamante oficina en su casa. Más tarde toca el timbre Bill Gates, que decide eliminar a la surrealista competencia rompiéndole la casa a Homero ("no me hice rico firmando cheques", afirma el gordito de anteojitos con una risa siniestra). Esta afirmación pareciera concordar con el intento de compra de Yahoo: ¿va a firmar algún cheque Bill Gates para quedarse con la competencia? o ¿Todas las negociaciones se mantendran dentro del parámetro que manejan las puntocom en el mundo financiero? Aquí valdría escribir sobre el fetichismo de la mercancía que muestra El Capital de Marx, pero la diferencia es que durante la Revolución Industrial las condiciones de producción existían. En tanto empresas como Microsoft, Google o Yahoo, amparadas por el mundo financiero, son emprendimientos que cuando pierden el valor de la creencia , al igual que muchas puntocom a finales de siglo pasado, desaparecen... sólo cuentan con guita abstracta.

martes, 16 de septiembre de 2008

La falsa orgía del comment


Como un orgasmo masturbatorio, el comment tecnológico funciona como falso espacio de discusión. Está claro que el comentario apenas es una paja del engranaje de una técnica moderna que todo lo absorbe, que no deja nada librado al temor del riesgo propio de la política.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Dedos técnicos


Quiero escribirte una carta, pero no puedo agarrar la lapicera; redacto una oración y comienzan a dolerme los dedos. Las palabras emergen de mí vínculo con la técnica. La creación está relacionada directamente con el tacto de la yema de mis dedos sobre el teclado. Mi cuerpo se transforma, sólo puedo mandarte un mail.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Turistas u ornamento*


Por P.E.**

Recién llegado de sus vacaciones no tuvo mejor idea que ponerse a escribir sobre ellas. En general, P. no recuerda ninguna de sus reflexiones estivales que, según él, tan interesantes artículos hubieran resultado. Sin embargo, descubrir el rol actoral que le tocó desarrollar durante quince días le llamó muchísimo la atención. Mar, arena, paisaje... Ese, en principio, era el escenario que Río de Janeiro tenía para ofrecerle. Pero resultó que fue un museo y algunos libros (o viceversa) los que en definitiva provocaron estas palabras.

Mal que le pese a su orgullo, “El Efecto Guggenheim”, libro del periodista vasco Iñaki Esteban, fue lo que le disparó escribir esta nota. Aunque no paró de decirle a su novia durante cada capítulo que leía, que el libro no decía nada nuevo y que sólo se dedicaba a recopilar ideas de Benjamín, Bataille o Foucault, el laburo del español le sirvió para pensar el lugar de ornamento que él cumplía en las playas de Río y, luego, Ilha Grande.

Iñaki Esteban trabaja en su libro sobre la idea de que el Museo Guggenheim de Bilbao es un ornamento arquitectónico, que funcionó para el desarrollo urbanístico de la ciudad vasca y nada más. Manifiesta que el museo no tiene sólo un fin cultural, sino que es parte de un proyecto político-económico para recuperar un espacio de Bilbao, que estaba abandonado en la desidia.

Aunque todo esto que señala el libro le resultaba evidente (cosa que le recalcaba con pesadez a su novia), “El Efecto Guggehheim” le sirvió para pensar el papel del turista en lo que, obviamente, era una ciudad ornamental. Estaba claro que tanto Río de Janeiro como Ilha Grande (250km al sur de la ciudad de las praias de Copacabana e Ipanema) eran espacios ornamentales, pero: ¿qué rol cumplían ellos allí?

Tal vez la casualidad hizo que durante su viaje P. estuviera acompañado por “Milenio negro”, de Ballard; “La sombra de Heidegger”, de Feinmann: y “La vida descalzo”, de Pauls. Todos en algún momento mencionan al turista. Todos a su manera destacan el papel absurdo (como el “Mito de Sísifo” que lleva la roca de un lado al otro de la montaña), que tiene el turista en sus míseros días de descanso durante el año. Pese a las dos semanas que contaba para desconectarse de la burocracia de la cotidianeidad, él –como miles de viajeros calzados en sus havainas de distintos colores- había salido de su rutina de trabajo de casi un año, para subirse a otra distinta, pero similar al fin.

En un momento se asustó cuando el protagonista del libro de Feinmann recupera un concepto de Nietzsche: “los últimos”, para describir la vida de las personas que “no llevan en su ser el caos (...) esos turbios seres que buscan la dicha, que huyen del azar y del riesgo”. Allí, el personaje principal de “La sombra de Heidegger” (el alemán Dieter Müller), le pide a su hijo a través de una carta que no sofoque su caos “con la felicidad”. Esa felicidad burguesa que aparece los fines de semana largos.

Más tarde, el miedo de P. se incrementó cuando uno de los personajes de Ballard señala en “Milenio Negro”, que el turista participa de un “juego de la silla pero al revés”, en alusión a la posibilidad que el sistema ofrece a la clase media (al menos europea), de ir cada vez más a Club Med, viajes de aventura, etc. con la intención de incrementar una falsa felicidad, que no es más que estar en una cárcel al aire libre.

Por ese entonces, la literatura no era demasiado alentadora para P., que no paraba de verse reflejado en todos los personajes de sus lecturas de verano; reflejado tristemente, vale la pena aclarar. En parte, no le gustaba ser feliz como “los últimos” de Nitzsche, ni formar parte del “juego de la silla al revés”, que explicaba una loca del libro de Ballard.

Pero cuando todo parecía ser decepción, apareció Alan Pauls con sus historias de verano en Villa Gesell, para confirmarle que las vacaciones -al contrario de lo que le sucede al Sr. Meursault en las playas de Argelia- son felizmente absurdas. Y que ellos (P. y su novia), como simples turistas u ornamento de los bellos paisajes de Brasil, podían decir riéndose que “la hora del almuerzo es la hora en que se tiene hambre”.

*Foto del Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi, Río de Janeiro. Diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer.

**Este texto ya lo había publicado en febrero pasado (sucede que anoche me puse a añorar Río)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Crash del futuro


"Así como el pasado mismo -en un plano social y psicológico- fue una víctima de Hiroshima y la era nuclear, así a su vez el futuro está dejando de existir, devorado por un presente insaciable. Hemos anexado el mañana al hoy, lo hemos reducido a una mera alternativa entre otras que nos ofrecen ahora."*

*Extracto del prólogo de Crash (1973), escrito por el propio J.G.Ballard (autor de la novela llevada al cine por Cronenberg).

lunes, 8 de septiembre de 2008

Objetos maravillosos*


Por P.E.

Muchos escritores publicaron sus diarios íntimos en vida, mientras que otros acordaron que su escritos privados sean revelados post mortem; siempre resultó atractivo para la industria editorial la venta de lo oculto, de lo que no fue realizado para que conozca la luz de la masividad. Tal vez de aquí la tendencia de que el género blog se encuentre cada vez más en los estantes de las librerías. Aunque millones de personas puedan leer los post cotidianos de los bloggeros, los escritores de Internet manejan el estilo del diario privado. Objetos maravillosos (Editorial Tamarisco), de Juan Diego Incardona, es un ejemplo más de esta característica. Desde la primera persona (autobiográfica) Incardona practica un juego antropológico sentimentalista. De Villa Celina a Palermo Hollywood, el autor cuenta, desde su experiencia personal, pequeños relatos absolutos: “Palermo Town Palermo Down cada noche peleo mi último round”, cierra el poema-post “Palermo Hollywood”, escrito el 22 de febrero de 2007 .

Sin embargo en esas historias cotidianas que tienen como protagonistas a su papá, su mamá, su hermana, su cuñado, su sobrino, su novia, su perro, sus ventas ambulantes de artesanías, sus clientes, su experiencias literarias, sus ex compañeros de secundario del Barrio Piedrabuena, sus encuentros casuales con profesores de Letras, etcétera, Incardona se pone el traje de sociólogo hippie que observa con nostalgia el fin de una era. “Todo tiempo pasado fue mejor”, pareciera decir muchas veces el autor cada vez que visita La Matanza. Objetos maravillosos, como aguafuertes arltianas posmodernas, se detiene en pequeños detalles, como una manera de rescatarlos. Pero es allí, en esos intentos por recuperar un pasado ausente, que la obra de Incardona no logra poner de manifiesto que el eterno presente de la (pos)modernidad no sólo atenta contra viejas bellas costumbres, sino que principalmente se apropia del futuro, dejándonos prisioneros del aquí & ahora de la cultura blog.

*Publicado por Editorial Tamarisco.

viernes, 5 de septiembre de 2008

La terrible espera


"Estoy en un estado espantoso, tenso y con ansiedad. La apelación de Perry (Smith) y Dick (Hickock) para un Nuevo Juicio está pendiente de resolución en el Tribunal Federal: si lo consiguen (el nuevo juicio) voy a sufrir una crisis nerviosa, seguro..."*

*Extracto de carta de Truman Capote a Cecil Beaton (Un placer fugaz, Correspondencia).

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Comunicación corporal

Agota estar pendiente del lenguaje corporal que puesda estar comunicando nuestro cuerpo. Aquí, para que dejen de pensar en mí (sic), los dejo con una señorita que controlaba su imagen pública de manera maravillosa (leer "Una hermosa niña", relato de Capote del libro Música para camaleones).

lunes, 1 de septiembre de 2008

Autopsia del nuevo milenio


Lo publicó Radar el domingo pasado (ayer no, el anterior). Después me avisó Chu (le había llegado un mail). El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) exponé desde finales de julio Autopsia del nuevo milenio, una muestra sobre la obra de Ballard (a fin de año publica su autobiografía). Miro la biblioteca a mi izquierda: El imperio del sol; El día de la creación; El mundo sumergido; Furia feroz; Crash; Milenio Negro; Noches de Cocaína... algunos de los geniales títulos del autor que nos rebela contra lo previsible.