lunes, 31 de marzo de 2008

El fin de las ideologías, dicen los medios


"Periodismo Independiente", "Periodismo Real", "Periodismo Puro", etc son más o menos los latiguillos de las cadenas de noticias televisivas, radiales o gráficas. Este afán de gritar "somos periodistas libres" no ocurre sólo en Argentina, sino que pasa en todos los países occidentales. No digo orientales, porque allí son más sinceros: "No me gusta lo que decís, au revoir". Está claro (al menos para el que escribe... sino para quién otro), que es mucho más peligrosa la situación de los países "constitucionalistas". Quién duda que el régimen talibán censuraba. Sin embargo más confuso es el escenario en democracias donde se necesita destacar de modo constante que nadie determina lo que se tiene que decir. Que el único que puede cometer ese delito "terrible" contra un medio de comunicación es un gobierno. Ante este eslogan, los medios se colocan hábilmente como agentes neutrales de los conflictos.

Para los amigos de este blog está claro que el análisis es evidente, pero siempre es necesario plantear este juego de los medios cuando existe un conflicto de intereses. El piquete ahora es tractorazo. De repente, la sociedad no es "rehén" de los que cortan rutas. Ahora tirar la mercadería de los camiones no es "vandalismo". De un día para otro los funcionaros de baires no les piden a los niños del teflón que "avisen" para cortar callao y santa fe. La intención de este post (como muchos otros), es señalar que no existen actores objetivos. Incluso aquí se está marcando una posición con respecto al conflicto. Una vez un grupo de intelectuales invitó a Borges a una mesa redonda para discutir "el problema judío". Ácido, el cieguito los miró y les dijo: "Sepan perdonar mi ausencia, pero no veo ningún problema en el judaísmo". Es importante tener en claro una cosa: si alguien tiene que destacar que es independiente, algo huele a podrido.

jueves, 27 de marzo de 2008

Desde el aire

Por Gonzalo Méndez

Imágenes raras que brotan de una birome migrante que no escribe. Ahora, nada. ¿Ayer?. ¿Mañana? Un surco que se abre. Vacío y abismo. Otra vez, y otra más, vos. El tiempo. El día deviene.

Ideas e instantes (in)conexos, que solos se acomodan uno al lado de otro, pero sin tocarse. Líneas, oraciones y palabras sueltas. Tintas. La luz que se apaga y el televisor habla de hoy, de las noticias, pero no calma la angustia de estar.

El sueño, lentamente, se ha apoderado de ella, no quiere volar más. La cama la llama. Quiere descansar, dormir…

miércoles, 26 de marzo de 2008

"Hice un Homero" * **


*Sólo para entendidos fans de los simpsons.
**Gracias payito por el descubrimiento fotográfico.

martes, 25 de marzo de 2008

miércoles, 19 de marzo de 2008

Éxodo Jujeño*


Nadie se va a rajar esta semana de vacaciones dejando un incendio por detrás. Sin embargo muchas veces surgen ganas de quemar todo. El fuego es masa... poder, diría Canetti.

(*Foto. Conmemoración del "Éxodo Jujeño").

martes, 18 de marzo de 2008

El turno


Por Gonzalo Méndez

Trajes que duermen, corbatas que sueñan y bostezan, mientras cuatro televisores escupen noticias, dibujos animados y fútbol. Un gol. Llamadas y más llamadas, en una habitación de vistas perdidas, que no se encuentran, que no se miran. Un grito. Revistas que creen consumir en un suspiro la angustia, la impaciencia y la espera de sus lectores. El tiempo. Una mentira.

Una cabeza apoyada en una mano que piensa, cansada y preocupada. El colectivo acaba de pasar detrás de mí, por la calle Talcahuano, es el 39 que quizás, en algún momento, llegue a Constitución…

Es el viaje que ella no tomó, que no eligió, es el que la desespera hoy, aquí, en esta sala fría, blanca, inmaculada y luminosa. Si tan solo hubiera bajado las escaleras y extendido su brazo, si tan solo se hubiera atrevido, animado a decir: “Hola, uno de 90”, hubiera sido lo que ahora no es. Su destino, y su vida, serían otros, y ella lo hubiera elegido, nadie más.

lunes, 17 de marzo de 2008

Las nuevas vedettes


Por Ariel Cappelletti

De hace un tiempo a esta parte, los llamados “directores técnicos”, han alcanzado una exposición mediatica de carácter insospechado, sobre todo los de Primera División. Contribuyen en gran medida, los medios masivos al atribuirle una importancia desmedida, no solamente a sus funciones, sino también a otros aspectos como la personalidad, la imagen de alguno de ellos ( hasta las señoras en la feria comentan sobre las camisas Armani del Cholo Simeone) , dándoles un empujón a estos aspectos con inventos como conferencias de prensa, o entrevistas de las que ya conocemos la respuesta.

Dice el periodista “Sr. Director Técnico, ¿como piensan ganarles al rival de mañana?” (gesto adusto del DT, que busca acompañar con cierto aire de importancia, cual lumbrera imprescindible; nosotros en casa frente a la tele decimos –haciendo un gol más que los rivales-). Contesta el que se la lleva toda por laburar un par de horas cada mañana. “Eso no se lo puedo decir: con trabajo, sacrificio y seriedad vamos a conseguir lo que estamos buscando”.

“¿Al menos me podría adelantar la formación para mañana?”, dice el periodista devenido empleado. “No creo”, contesta el chanta, “eso sería dar una ventaja al rival, ya que conocería la táctica que vamos a emplear”. Ya Carlos Peucelle hace más de 60 años decía que la profesión de “Director Técnico” era la de los “mentirosos”. Ahora recuerdo a Falcioni llorar porque Independiente había perdido con Argentinos Juniors, en condición de visitante. ¿La excusa?: “Perdimos porque la cancha es chica”. Si el periodista que le preguntó las razones de la derrota, hubiera estado atento (o menos acobardado por el medio en el que trabaja) le hubiera dicho: “Pero Falcioni, la semana pasada perdieron de local, actuando en su cancha, que usted se cansa de repetir que es grande”. Falcioni no habría podido decir nada, por que la táctica empleada no “fue efectiva” (Falcioni 1, la verdad, 0).

Ya lo escribió Dante Panzeri, cuando sabiamente hablando del más popular de los deportes, comentó: “Fútbol, dinámica de lo impensado”. Justifiquémonos con el goleador de Boca, tan nombrado en estos días. Todavía los futboleros recordamos los 3penales errados contra Colombia por la Copa América. Digamos que Palermo$ pateó los tres penales con intención de convertir los 3. Cuando pateó con esa intención no pudo anotar ninguno, pero al poco tiempo, jugando para Boca, toma la pelota en posición de puntero derecho. Tira un centro, pero le sale al ángulo, marcando contra San Lorenzo. Cuando pateó con la intención de convertir, no hizo ninguno. Quiso tirar un centro, y le salió un golazo. Ahí aparece el Director Técnico, dando órdenes ( por supuesto siempre esta la cámara de Teicé para tomarlo en primer plano; festejo medido, e inmediato gesto o llamado a un jugador, para darle una “indicación” del tipo: ”Pasásela a un compañero tuyo”, “que tenga la misma camiseta que vos, por favor”) e incluso, siendo mas importante (para esa cámara) que la tribuna que grita el gol.

¿En que puede incidir un tipo desde afuera de la cancha? Al menos no pensamos, como Fantino, “Que los directores técnicos son más importantes que los jugadores”. Perdón, Alejandro, nosotros no creemos que Bilardo haya sido el factor fundamental de la obtención del Campeonato de 1986. ¿No habrá sido Maradona, y nosotros, ni enterados?

viernes, 14 de marzo de 2008

Legalícenla


Las noticias de esta semana definitivamente generaron mucho material de escritura. Aunque ML manifiesta estar más allá de toda agenda mediática, la verdad que los que escriben en el blog, les importa poco esa premisa. La muerte de Guinzburg, un gobernador de Nueva York que tuvo que renunciar porque le descubrieron una relación con una prostituta peronista (foto), la llegada de Dios al obelisco, el tractorazo (que no es piquete) de los productores agropecuarios, Aníbal Fernández junto a su propuesta de legalización de consumo de drogas (o algo parecido), son, al parecer de este escriba, lo importante que escupió la realidad mediáitca esta semana.

Tal vez se espera un análisis de todos los temas que se señalaron en el párrafo anterior, sin embargo el que escribe estas letras piensa que no es necesario. Cada uno construiría su propia verdad (o creará que lo hace) acerca de las noticias aquí mencionadas. Cansado de toda una semana de arduo trabajo, el encargado de subir este post sólo quiere intentar mostrar que sólo se discute sobre lo que quieren los medios de comunicación. Que la tele, la radio o el diario funcionan como el mapa de un territorio. Ellos son lo que delimitan si algo está o no en el atlas geográfico.

jueves, 13 de marzo de 2008

miércoles, 12 de marzo de 2008

Agotado un miércoles


A la espera de un mail salvador que diga: “Te mando un texto”, se resigna al agotamiento que aplasta su voluntad.

martes, 11 de marzo de 2008

Mañana fuera de casa


Por Gonzalo Méndez

Levitar, sostenerse en el aire, como pisar sobre el agua. Quedar suspendido en el viento, mirando el techo de las nubes. Una sensación de libertad mezclada con sudor en las manos. Una revolución interna que sube y baja, eludiendo las rugosidades internas, del estómago hasta la garganta. Un instante eterno que retornará. El presente que se manifiesta en toda su temporalidad. Un hombre que no sabe quien es, que mira el espejo y sus pies, y no encuentra el lugar en el que está parado. El avión despega.

Unas voces se escuchan en idiomas incomprensibles, mientras una mujer parada gesticula con sus manos, al mismo tiempo que sostiene utensillos inútiles. Explicaciones vanas, que de nada servirán al caerse, más si uno ya está caído. La brisa brama y las nubes dibujan siluetas y figuras negras sobre un suelo lejano y verde. El sol, es nuevo todos los días, y el mismo.

Como unas galletitas sin sabor y sin saber porqué. Ingiero un vaso de agua en las alturas, insípido, inodoro e incoloro. En la boca me meto, absurdamente, un pequeño trozo de algo dulce y duro, que se deshace con la saliva de mis entrañas. Un libro me habla, mientras me escruta sigiloso y sagaz. Lo abro y le hago el amor en cada línea que subrayo con el lápiz de grafito 1210/B. Llega a su clímax, está extasiado…

Las mismas voces, pero otras, se oyen. Dicen que estamos llegando a algún lugar. Me detengo por un segundo y me doy cuenta que no estoy solo, hay gente a mi alrededor. Empiezo a sentir que me desinflo y que la magia, que me permitía pisar sin un suelo, se acaba. La máquina se detiene. El viaje parece terminar.

lunes, 10 de marzo de 2008

Promesas del... medio


Por P.E.

Hace menos de dos semanas salió fascinado de la violencia que David Cronenberg le regaló con Promesas del Este (Eastern Promises –2007-). “El título en castellano es confuso; debería llamarse `Deseos desde el Este´”, le dijo a su novia que, en este blog, a todo le contesta que tiene razón.

La violencia del director de “Scanner”, “Crash” o “Una Historia de Violencia” no es gratuita. Cronenberg se encarga de mostrar la violencia proveniente del submundo, ese otro lado del espejo que tan lejano está de la clase media. Nada tiene que ver con el denominado “secuestro express” o el carterista de Constitución (o Retiro, para ser más fieles con los lectores de Malón Literario).

Cronenberg regala una violencia irreconociblemente exquisita. No necesita de golpes bajos para relatarte el tráfico de mujeres para prostituirlas (que amenaza con ser un auge en los medios de comunicación nacionales a partir del estreno de la tira de Telefe “Vidas Robadas”). Es verdad que en Promesas del Este sobra sangre, pero: ¿Quién sabe cómo se maneja la mafia rusa en Londres... o los narcos en la Villa 1.11.14 del bajo Flores?

Viggo Mortensen (el enigmático Nikolai Luzhin) le dice secamente a Naomí Watts (Anna, que sin mucha conciencia queda involucrada con la mafia): “Vuelve adentro –señalándole un local de comidas rápidas-. Ustedes pertenecen allí”. Tal vez la escena pueda pasar desapercibida, pero no existe nada más ilustrativo que esa parte de la película. “Ustedes no entienden la violencia del submundo, ustedes forman parte de la clase media burguesa que necesita de la seguridad del shoping”, pareció decirle Nikolai a la bella rubia.

¿Por qué el relato de Cronenberg impresiona más que una serie de Telefe que trata el mismo tema? Es una pregunta difícil de contestar. Muchos dirán que la televisión almidona (narcotiza, según Adorno). Otros, por su parte, plantearán que tiras masivas como Montecristo (que trataba sobre el tema del robo de bebés durante la última dictadura militar) o la nueva Vidas Robadas sirven para generar conciencia inmediata en la sociedad, que así logra enterarse de temas sensibles que ocurren a su alrededor.

Sin embargo algo es real, la tira televisiva termina, la gente sigue levantándose para ir a la oficina, toma el subte, está ocho horas sentada detrás de un escritorio, vuelve a su casa y mira una serie nueva. La televisión (al igual que el cine) no provoca la militancia (no salgan a decir que "La Hora de los hornos" de Pino Solanas provocó la afiliación política masiva.... todos militaban desde antes).

Una tira como Vidas Robadas o una película mala (no justamente la de Cronenberg) funcionan como disparador para que los medios de comunicación laven sus culpas y escupan palabras para referirse a un tema que, de un día para el otro, forma parte de la agenda mediática.

En los medios no hay redes de prostitución manejadas por jueces de la Nación, comisarios respetados de provincia, gobernantes que pregonan por un país federal, prósperos empresarios y curas de Felices los Niños; en los medios sólo hay redes de prostitución que secuestran mujeres, simplemente mujeres. Nunca mencionan que son mujeres de barrios pobres, que muchas veces son engañadas a partir de su deseo de salir de la miseria.

Esa es la diferencia con Promesas del Este y el cine de Cronenberg. Sus películas nunca van a servir de alimento para los medios. Sus películas no te permiten hablar sólo del tráfico de mujeres. Con él también tenés que hablar de algo que a los medios les da pavor mencionar: la mierda propia del ser humano.

viernes, 7 de marzo de 2008

jueves, 6 de marzo de 2008

Recomendaciones


Mirar Fight Club (1999), dirigida por David Flincher. Basada en la novela de Chuck Palahniuk. Ya que estamos: leer Milenio Negro de Ballard. De alguna manera, ambas historias tienen que ver con la ironía del post anterior: un gran absurdo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Banana vos. Banana yo. Bananas todos.


Por Facundo Carmona

Fiel a mi costumbre me levanto de la cama aprisa, caliento un poco de agua para el té y trato de respirar una bocanada de aire fresco. Imposible. La humedad aprieta en el pecho. En la TV el noticiero matutino muestra al Ejército Bordó movilizándose hacia zona de frontera.

Me siento en la computadora y trato de adelantar un poco de trabajo, leer algunas cosas de la facultad y dos o tres diarios. Actúo los ritos burgueses de mis abuelos a la perfección, me siento la consumación del ideal de la sociedad capitalista avanzada, de aquella imagen absurda propuesta por Hanna&Barbera en los Supersónicos.

Mientras alterno el trabajo con la lectura de los diarios, una selva ámbar asoma por debajo de la remera. No le doy mayor importancia. Sigo leyendo algunos cables de último momento: todavía no salgo de mi asombro por la situación en esas zonas exóticas y tropicales. Hasta hace algunos años las creía tan solo habitadas por tribus de mujeres tetonas, por lo general mucamas, que se casaban con dueños de estancias. Estos eran lo únicos hombres que moraban esas tierras. Su número era acotado porque, luego de dejar a su primera compañera, malévola aristócrata venida a menos, y de desposar a la camuca, éste era devorado por su amada y la familia proletaria de ésta.

El bosquecillo se extiende velozmente por mis brazos, la palma se mi mano adquiere una pigmentación pringosa, mi espumosa cabellera se opaca adquiriendo la suavidad de una chinchilla muerta.

Siguen las noticias escupiendo posibilidades de guerra. Un centímetro de pelo cubre mi cuerpo. Todavía hay quienes hablan de unidad latinoamericana. Me rió, aunque más que risa es un gruñido atroz. Espero estar equivocado y recobrar mi bella piel.

(* Ilustración creada por este humilde servidor el 05/03/08. En vísperas de... nada?)

martes, 4 de marzo de 2008

Unos momentos*


Por Gonzalo Méndez

Vistas que se pierden.
Bocas que se mueven mientras manos hablan.
Soledades que se encuentran.
Hojas que se escriben y libros que se subrayan.
Una mujer se levanta.

Mundos internos que brotan en un ademán,
un gesto, una mueca, en un simple pestañar.
Piernas y otras, pasan delante de mí, prestas,
buscando una dirección y un lugar al que llegar
¿cuál?...

Me levanto.

(*Foto de Henri Cartier Bresson)

lunes, 3 de marzo de 2008

¿El televisor o Lost?


Por P.E.

“¿El televisor o la caja?”, solía preguntar el presentador norteamericano Chuck Barris a los participantes de algunos de sus Game Shows, que pasaban a encontrarse en la encrucijada de tener que elegir entre un regalo que estaba a la vista de todos (la TV 20 pulgadas) o tomar el riesgo de quedarse con el contenido desconocido de una caja. Similar al invento de Barris (véase la película “Confesiones de una mente peligrosa” -2002-, dirigida por George Clooney), es la receta que utilizan los productores de Lost, que regresa esta noche por la televisión local (21 horas en AXN), para dar inicio a su cuarta temporada.

Los interrogantes que se responden con nuevos interrogantes son los verdaderos protagonistas de una serie que tiene fecha de vencimiento (tres temporadas contando este cuarto año). Los productores de Lost, Lindelof y Cuse (que deben estar planificando una nueva serie para la próxima década), encontraron en lo oculto una forma maravillosa de tener cautivos a millones de televidentes en todo el mundo. Como Chuck Barris hace casi medio siglo, los productores de la serie más taquillera de los últimos diez años en todo el planeta, descubrieron que los baúles cerrados con llave provocan el deseo de abrirlos: “¿El televisor o... Lost?”.

sábado, 1 de marzo de 2008

Congelaciones


Por Ignacio Maciel

I

que hay una cosa innominable
poniéndote más allá de los orígenes
y de las contingencias

cosa que te hace íntima en la eternidad
de mis brazos y te devuelve invicta
a la corriente maculada del Tiempo

hay eso trascendente a mitad de camino
entre tu cintura y mi torpeza que me habilita
(algunos días y todas las noches)
a reclamar por tus piernas.