jueves, 20 de noviembre de 2008

Discurrir


Por Gonzalo Méndez

¡Ah, no!; pero sí; basta; ¿ahora? Ética, estética, moral, principios. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Che, che. Pará, pará, no entiendo, ¿qué dijiste? No, mejor déjenme solo. Voces que llegan y murmullos que me invaden; vueltas atrás y giros futuros; reveses de los anversos y derechos de los versos de un autor apócrifo y sin nombre, viejo, topo, reumático y amnésico. La rutina que embota y la bota londinense que pisa fuerte el escenario y con aire de beatle sucio y desprolijo, muy roquero y de mucho cuero hamburgués. El baño, ¿dónde estará? Este shopping, lleno de gente y asesinos a sueldo, ¿me ofrecerá lo que estoy necesitando encontrar? En fin, la película de Herzog empieza a las 23:30, me encuentro a las 22 y ahora, ahora las 21:30… bueno, voy a buscar.