
“Los días que vivimos en peligro” se encarga de mostrar esencialmente dos cosas: 1) que la política ocurre más allá de los medios de comunicación; y 2) que la literatura es parte de la política y no de los medios de comunicación. Mientras que los medios son la introducción y el desenlace de los acontecimientos, la política es el nudo que es eludido por el recorte mediático. “Me pone más violento que la mierda ver televisión (…) es pura violencia que no podés descargar”...
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