Leer el reflejo de los diarios o los portales después de escuchar en vivo las noticias provoca el descubrimiento de dos cosas. Primero: la diferencia de criterios. Y segundo: la falta de comprensión. Puede ser por cansancio, desinterés o línea editorial, pero cuando un personaje desarrolla un tema detalladamente, el periodismo clásico, con suerte, rescata la décima parte del planteo total. Nadie propope que el periodismo tenga la capacidad de Funes, el memorioso (eso sería una mirada equivocada del periodismo, a quien se le pide interpretar), aunque sí se le tiene que exigir una abstracción más pormenorizada. Actualmente, pareciera que alcanza con que X te diga una frase rimbombante. Es necesario tener un título, pero no suficiente. Por lo tanto, es esencial no perder el interés por el contenido periodístico, sobre todo en la gráfica, que llega 24 horas después que la comunicación audiovisual.