Sentados en un apartado del primer piso de un viejo Banco Río del barrio de Almagro, se disponían a firmar la compra venta de un PH ubicado en Serrano entre Camargo y Corrientes, Villa Crespo. Convocados para la firma de la escritura, el futuro dueño volvió a preguntar (por enésima vez) acerca de la posibilidad de que la zona quedara abnegada por el agua cuando lloviera violentamente.
-No se inunda Serrano, ¿no?- preguntó el futuro dueño esperando la afirmación de un “no” como respuesta.
-No- le respondió la futura ex dueña- No te preocupes, en Serrano no pasa nada. La que se inunda es toda Camargo.
-Okey, ¿yo me quedo tranquilo entonces?
-Sí, quedate tranquilo.
Firmaron la compra-venta. Se saludaron. Dejaron Banco Río. No se vieron nunca más.
-No se inunda Serrano, ¿no?- preguntó el futuro dueño esperando la afirmación de un “no” como respuesta.
-No- le respondió la futura ex dueña- No te preocupes, en Serrano no pasa nada. La que se inunda es toda Camargo.
-Okey, ¿yo me quedo tranquilo entonces?
-Sí, quedate tranquilo.
Firmaron la compra-venta. Se saludaron. Dejaron Banco Río. No se vieron nunca más.