jueves, 18 de septiembre de 2008

Semana abstracta*


*Publicado (por mí) en febrero pasado con el nombre Guita abstracta, la nota que leerán a continuación se relaciona de forma directa con la humareda financiera en la que vivimos.

Por P.E.

El viernes se conoció el ofrecimiento de Microsoft de comprar Yahoo por casi u$s 50.000.000.000 (50 mil millones, para ser más claros). ¿Se puede imprimir tanta cantidad de dinero? El erudito de las ciencias (sociales) económicas dirá: "No, son 50 mil millones en acciones", o algo parecido (agrega el autor de esta nota). Llama la atención la falta de tangibilidad de este intento de compra-venta. Ni hablar de la ausencia de bienes materiales que tienen las empresas en cuestión. Es verdad que cada una tiene un edificio, escritorios, computadoras, etc. en ciudades de todo el mundo, pero está claro que todo eso no vale tanto. Ahí falta la fábrica, maquinaria de producción. Google, Microsoft o Yahoo son como cuando Homero (Simpson, ¿quién otro?) decide abrir su compañía de Internet. La mesa del comedor, unos papeles, unos lápices hundidos en el pan de manteca que funciona como portalápices... ¡Y listo! "Compumundo, Hipermegarred, habla Homero Simpson, Vicepresidente Junior, en qué lo puedo servir", dice entusiasmado Homero al levantar el teléfono que suena luego de instalar la flamante oficina en su casa. Más tarde toca el timbre Bill Gates, que decide eliminar a la surrealista competencia rompiéndole la casa a Homero ("no me hice rico firmando cheques", afirma el gordito de anteojitos con una risa siniestra). Esta afirmación pareciera concordar con el intento de compra de Yahoo: ¿va a firmar algún cheque Bill Gates para quedarse con la competencia? o ¿Todas las negociaciones se mantendran dentro del parámetro que manejan las puntocom en el mundo financiero? Aquí valdría escribir sobre el fetichismo de la mercancía que muestra El Capital de Marx, pero la diferencia es que durante la Revolución Industrial las condiciones de producción existían. En tanto empresas como Microsoft, Google o Yahoo, amparadas por el mundo financiero, son emprendimientos que cuando pierden el valor de la creencia , al igual que muchas puntocom a finales de siglo pasado, desaparecen... sólo cuentan con guita abstracta.