lunes, 25 de agosto de 2008

Calles lejanas


Por Gonzalo Méndez

Pérdida del equilibrio y, ¿dónde quedó ese justo medio al cual tender? ¿Por qué siempre esa deliciosa tendencia a aproximarse a alguno de los extremos?

Un mismo barrio, una misma noche, una misma calle, tres mujeres y tres hombres de historias diferentes, que concluyen y confluyen en el instante en una misma práctica, que quita el frío de la ciudad; frío que además apremia e invade el debilitado y golpeado cuerpo.

El pasillo, y antes, el ascensor que descendió y aterrizo en la planta baja. Ahora, la puerta de vidrio y metal se abre. La luz que cuelga de la pared ilumina el palier. Una cabeza se asoma y otra llega por delante. Después, quizás el túnel y la historia que van…