El otro día discutíamos sobre los círculos literarios... o de los encuentros de la "cultura" en general. Repasábamos conversaciones del diario que Bioy Casares escribió sobre Borges. Cómo se cagaban de risa del mundillo compuesto de escritores, que no podían hacer otra cosa que mirarse el propio ombligo. Sin embargo de allí me surgió la necesidad, siempre cuidándose de los burócratas, de plantear la importancia de la autocelebración como instrumento marketinero. Cómo la urgencia de la colectivización artística es fundamental para la constitución de una nueva generación de escritores, dramaturgos, guionistas, etc. Pese al individualismo que requiere el crear literario, es fundamental generar un espacio (inclusivo) del arte, para lograr de la escritura una actividad de supervivencia material. Sino está la opción de pasarla bien como Bukowski, aunque no podríamos pagar la banda ancha.