Por Gonzalo Méndez
Imágenes raras que brotan de una birome migrante que no escribe. Ahora, nada. ¿Ayer?. ¿Mañana? Un surco que se abre. Vacío y abismo. Otra vez, y otra más, vos. El tiempo. El día deviene.
Ideas e instantes (in)conexos, que solos se acomodan uno al lado de otro, pero sin tocarse. Líneas, oraciones y palabras sueltas. Tintas. La luz que se apaga y el televisor habla de hoy, de las noticias, pero no calma la angustia de estar.
El sueño, lentamente, se ha apoderado de ella, no quiere volar más. La cama la llama. Quiere descansar, dormir…
Imágenes raras que brotan de una birome migrante que no escribe. Ahora, nada. ¿Ayer?. ¿Mañana? Un surco que se abre. Vacío y abismo. Otra vez, y otra más, vos. El tiempo. El día deviene.
Ideas e instantes (in)conexos, que solos se acomodan uno al lado de otro, pero sin tocarse. Líneas, oraciones y palabras sueltas. Tintas. La luz que se apaga y el televisor habla de hoy, de las noticias, pero no calma la angustia de estar.
El sueño, lentamente, se ha apoderado de ella, no quiere volar más. La cama la llama. Quiere descansar, dormir…