lunes, 26 de mayo de 2008

off & "espacios más institucionales para dar información"


Por P.E.

Se entiende perfectamente lo que plantea la editorial de Adriana Amado Suárez (investigadora y docente de la Universidad de la Matanza), publicada en Hipercrítico, sin embargo el periodismo siempre fue algo más que el engranaje de un espacio institucionalizado de información. El "off" en el periodismo representa la capacidad del profesional de poner el cuerpo. El "off the record", justamente, además es la ruptura de los canales "oficiales" de información. Eso permite terminar con la burocracia de la conferencia de prensa. Está claro que la política comunicacional del actual Gobierno no es la ideal, pero aquí se puso en discusión otra cosa: "el off the record". Y en esta apertura al debate de la función del "off" en el periodismo, es necesario reivindicarlo. El "off", como se dijo anteriormente, no sólo engrandece al periodismo, sino que es el tábano (“el mosquito”, que la autora critica), que cumple la función de comenzar a tirar de un hilo ("off the record") para que luego, los espacios "más institucionales para dar información" puedan trabajar bajo los cimientos del laburo periodístico (ver "El Espía" o "Charlas de Quincho"; ¿no son acaso -desde el off - dos de los grandes marcadores de agenda?).


ENTRE LA NOTICIA Y EL CHISME
Periodista mosquito

Por: Adriana Amado Suárez. Como ya había ocurrido en otros viajes, los periodistas que fueron a la cumbre de Lima hablaron con todos menos con la Presidente argentina. Y con la comitiva oficial tuvieron el diálogo de siempre: mucha declaración pero siempre anónima.

Así lo ratifica el diario La Nación en la nota “Cristina y su diálogo con la prensa: "¿Se van a portar bien?"”, donde menciona que al vínculo del gobierno con el periodismo ya no le alcanza la modalidad “off the record” que se reserva a “versión oficial”: “Para otros datos, los funcionarios kirchneristas apelan a novedosos formatos: hablan "muy off " u "off, off "”

Para los no iniciados en el lenguaje periodístico que los funcionarios han redefinido en los últimos tiempos, debemos aclarar que el “off the record” no es una expresión para ser escuchada y no revelada. En los medios argentinos remite a la marca comercial, donde el “off” es una especie de repelente de las fuentes a su responsabilidad sobre lo que dicen. Entonces los medios citan con obsecuentes comillas declaraciones sin permitirle al ciudadano que sepa quién las suscribe.

Ejemplo de ello es una nota de Página 12 (“Sin el whisky de trasnoche") que “devela” críticas acérrimas a la gestión presidencial (sí, en serio, críticas al Gobierno en el diario más oficialista), que se sospechan atribuibles a la comitiva que viajó a Lima. Pero sin que eso pueda afirmarse: el periodista escuchó, transcribió, y se cuidó de buchonear a los que anónimamente mordían la mano que los llevó en el Tango.

A pesar de tan abierta complicidad del periodismo con el poder, varios medios este fin de semana volvieron a criticar la poca vocación de servicio con el periodismo que tienen los Kirchner. Y citaban que la Presidente no dio ninguna de las 47 conferencias de prensa que los otros presidentes dieron en la cumbre de Perú.

La pregunta es por qué el poder debería cambiar una modalidad de comunicación que cuenta con la complicidad de las grandes plumas (periodísticas), que convierten un trascendido intrascendente en el centro de su reflexión política del fin de semana. Y la versión deslizada desde “el palacio” (según uno de los editorialistas) fue reproducida literalmente por tres medios principales, como si se tratara de una declaración hecha en una rueda de prensa:

Diario Clarín, “Una sociedad rehén del conflicto”, Eduardo van der Kooy. "Así podría explicarse el súbito abandono de su habitual crispación y el canje por el llamado a la unidad y al diálogo que formuló Cristina. Fue súbito y fue, además, a último momento: Néstor Kirchner acordó con su esposa, arriba del helicóptero que los condujo hasta el acto peronista en el cordón bonaerense, que fuera ella y no él, como estaba previsto, la oradora principal."

Diario La Nación, “La crisis en medio de la impotencia política”, Joaquín Morales Solá. "Cristina Kirchner se enteró en el helicóptero, en el viaje desde Olivos hacia Almagro, que debería hacerse cargo del micrófono y del discurso. Néstor Kirchner le comunicó ahí, de sopetón, que había decidido no hablar. Venía anticipando que prefería el silencio porque sus palabras, pacíficas o belicosas, sólo ayudarían a la confusión. En el helicóptero se sinceró: No hablaré. Creo que la oportunidad es tuya , le dijo a su esposa."

Página 12, “Las sojas secas del otoño”, Mario Wainfeld. "Cuentan en Palacio que Néstor Kirchner lo terminó de decidir en el helicóptero, rumbo al estadio de Almagro: él no hablaría, sí la Presidenta. Cristina Fernández no había elaborado su discurso y se vio apremiada para pronunciarlo por un haz de hechos."

¿Por qué el poder cambiaría una modalidad que le resulta tan efectiva? ¿Por qué daría conferencias de prensa en el exterior si hay tantos enviados especiales dispuestos a ofrecer los chismes de pasillo como noticias consumadas? Mientras el periodista acepte el rango de mosquito que sobrevuela los despachos y luego cuenta lo que escucha, seguramente será innecesario que el poder piense en espacios más institucionales para dar información.