martes, 13 de mayo de 2008

Tijeras


Por Gonzalo Méndez

La música detrás de mil mujeres paradas delante de un mostrador. Dos niños viajan su mundo mientras la mamá saca la billetera de su cartera de cuero violeta. La puerta se abrió y el frío congeló los zapatos negros de la seguridad que, parada con las piernas rígidas y abiertas, formó una simétrica y perfecta V corta invertida.

Los peinados y los cortes se multiplican al mismo tiempo que los celulares no paran de sonar las melodías del último tema de DJ Cattaneo. Atenta y mientras oye, una chica piensa y mueve sus mandíbulas suave y rítmicamente, como mordiendo una pequeña piedra de sal o un diminuto trozo de caramelo que ha quedado náufrago en la boca.

Ahora estoy acá y el hombre de la grilla allá. Mañana bajará sus crucigramas a través de la web y luego se subirá al 17 para repetir, solo una vez, lo que ha hecho ayer (y hará mañana). Ahí lo esperaré, con las manos sudorosas y recostadas sobre el pasador, para contar su cuento…