martes, 10 de junio de 2008

Ley de Godwin = Oposición


Por Facundo Falduto*

En 1990, Internet todavía era menos lo que es hoy, y más lo que venía siendo desde su creación, en la década del 60: un refugio para nerds, enfermitos, y estudiantes universitarios que no tenían lo que hacer en la vida más que discutir sobre cuestiones académicas y series como Star Trek, sin solución de continuidad.

Mike Godwin era uno de ellos, y ese año recorría mucho Usenet, que era el centro neurálgico de la red de entonces. Notó que las discusiones en los foros de usenet, se desvirtuaban a medida que crecían, y que una discusión que había perdurado demasiado tiempo, solía degenerar en alguna mención a Hitler o a la Alemania Nazi, por lo general un usuario que comparaba a su opositor discursivo con don Adolf. Entonces, postuló el célebre enunciado:

“A medida que una discusión en internet se alarga, la probabilidad de que aparezca una comparación a Hitler o a los nazis tiende a uno”.

Más importante que una simple cuestión de probabilidades, Miguelito, que tenía mucho tiempo libre, estableció las bases de lo que hoy es conocido por miles de nerds alrededor del mundo como la Ley de Godwin. La misma no sólo contempla el enunciado anterior, sino que legisla que el primer individuo que haga la comparación a Hitler o a los nazis pasa a “perder” el debate, el cual se da por concluído en el acto.

¿A qué viene semejante introducción? A que, si leyeron ayer el debate que propuso ayer Lanata en Crítica de la Argentina y en particular la frase de la senadora porteña de la Coalición Cívica María Eugenia Estenssoro, entenderán ahora que ella “perdió” el debate. Y, por extensión se entiende un poco más por qué el partido de Carrió, “pierde” a secas.

La senadora venía argumentando que “hay todo un modelo de acumulación de poder para esta dinastía, el matrimonio, y un proyecto de quedarse por mucho tiempo”. Ante eso, el sacerdote Marcó señaló que los Kirchner “son monarcas elegidos democráticamente”. Y María Eugenia remató con “A Hitler también lo eligieron democráticamente”.

Bajo la Ley de Godwin, esto es Game, set and match para cualquiera que estuviera en contra de Estenssoro, en este caso el jefe del bloque de diputados oficialistas Agustín Rossi. El debate duró unas dos horas, y esto ocurrió a los dos tercios del mismo, por lo que es claro que se había prolongado demasiado. Y también es claro que se desvirtuó, porque el argumento es precedido por la falta de argumentos.

Otra cuestión es la insistencia de Lanata con el tema de que Cristina no gobierna, sino Nestor. Tengo la teoría de que la mitad de los “analistas políticos” se va en seco cada vez que dicen “doble comando”. Y que, por cada vez que Lanata nos aclara que el presidente es Néstor, no Cristina, y que esto es algo muy importante, Grobocopatel le regala una milanesa de soja.

Ojo, no es que sea lo único que hayan dicho los muchachos. Rossi midió como loco, Artemio también. Solá fue el tapado del torneo, como ya había descubierto el Escriba. Y ya que estamos con el compañero, retomo la idea que había propuesto él acá: si vamos a discutir esto… Bueno, eso…

Porque, a ver, diganmé peronista, tercermundista y hasta cabeza (que al fin y al cabo son sinónimos), pero esto no es Islandia, sin ofender, muchachos. No olvidar que hace 6 años y medio eramos más bien Rwanda. Lo han dicho tantos que ni da para linkearlo: pasamos de que gobiernen las empresas a algo más parecido a un gobierno soberano. Hay que fortalecer la autoridad presidencial, que no se puede bajar a discutir con el verdulero para regalarle igualdad de negociación, y más etcéteras.

Ergo, dejemos la “institucionalidad” tranquila y pasemos al debate de lo que de verdad importa. La política y el reparto de la torta. Que a eso no hay parábola que lo tape ni ley de Godwin que valga.

*Publicado en ArtePolítica.