lunes, 30 de junio de 2008

Miradas


Por Gonzalo Méndez

Mientras una chica que miraba a los ojos bajaba del 132, observé, a través de la ventanilla empañada por mi aliento, como dos amigos, que tomaban una cerveza, se reían, se divertían, charlaban, gesticulaban, se paraban, lloraban. A unos metros, no muy lejos, un chico del delivery de “La Continental” cruzaba la calle portando un adminículo rojo y de plástico, para conservar el calor de una pizzas que alguien, quizás, coma en algún momento. Detrás, una pareja caminaba despareja con una flor en sus manos, envuelta, roja y cortada de su hogar.

La luz dio verde y el chofer arrancó nuevamente la máquina, embrague y acelerador, palanca de cambios y ojos en la avenida. Mi mente prosiguió su viaje…