Ante uno de los titulares más berretas (y más mala leche) de los últimos tiempos publicado por un diario argentino ("Mientras escribe cartas, a González se le caen los ascensores", Crítica de la Argentina, acerca de la caída de un ascensor en la Biblioteca Nacional), Página/12 contestó con una editorial ("Mientras, mientras, que algo quedará") que deja en evidencia las mezquindades de un cierto tipo de periodismo.
Como respuesta al titular de Crítica (que increiblemente no explica su ironía en el interior del texto), se pegaron aquí algunas partes de la editorial de Página/12 (que se toma el laburo periodístico de contarle a sus lectores el significado del título del diario de la compentencia. ¡Ah!, Horacio González está involucrado intelectual y políticamente con el grupo de pensadores Carta Abierta; de allí todo el bardo).
Los fragmentos de la editorial de Página:
"Con el correr de las horas, los graves traumatismos de cráneos se convirtieron en contusiones y el desplome en caída libre del elevador pasó a ser un brusco descenso amortiguado por los frenos de seguridad (...) Es decir, un ascensor que se desplomara desde una altura equivalente a tres pisos tendría que haber quedado despanzurrado y sus pasajeros en un cuadro de gravedad extrema, cuando no algunos muertos. No ocurrió así y tampoco el director de la Biblioteca estaba escribiendo cartas mientras se le caían los ascensores (a él se le caían, no uno sino varios ascensores) como tituló aquella prensa farandulesca en una de sus portadas (...) Desde luego, nuestro periodismo de las marquesinas tuvo y tiene todo el derecho de apoyar a quien se le dé la gana; a lo que no tiene derecho es a mentir so capa de un incidente que el otro hombre, el redactor de cartas, con sus misivas en tiempo y forma procuró evitar".
Como respuesta al titular de Crítica (que increiblemente no explica su ironía en el interior del texto), se pegaron aquí algunas partes de la editorial de Página/12 (que se toma el laburo periodístico de contarle a sus lectores el significado del título del diario de la compentencia. ¡Ah!, Horacio González está involucrado intelectual y políticamente con el grupo de pensadores Carta Abierta; de allí todo el bardo).
Los fragmentos de la editorial de Página:
"Con el correr de las horas, los graves traumatismos de cráneos se convirtieron en contusiones y el desplome en caída libre del elevador pasó a ser un brusco descenso amortiguado por los frenos de seguridad (...) Es decir, un ascensor que se desplomara desde una altura equivalente a tres pisos tendría que haber quedado despanzurrado y sus pasajeros en un cuadro de gravedad extrema, cuando no algunos muertos. No ocurrió así y tampoco el director de la Biblioteca estaba escribiendo cartas mientras se le caían los ascensores (a él se le caían, no uno sino varios ascensores) como tituló aquella prensa farandulesca en una de sus portadas (...) Desde luego, nuestro periodismo de las marquesinas tuvo y tiene todo el derecho de apoyar a quien se le dé la gana; a lo que no tiene derecho es a mentir so capa de un incidente que el otro hombre, el redactor de cartas, con sus misivas en tiempo y forma procuró evitar".