El otro día me encontré con una editorial sobre las playas PRO (Playa Poquito, publicada en Crítica). Fue de lo poco que se escribió (seriamente) sobre el tema. El resto: pura condecendencia. Para empezar, el artículo de Fernanda Sández grita a los cuatro vientos una idea que a todo el mundo de los medios pareciera haberle pasado inadvertida: ¡esto es un chasco! Desde adentro quiero decir que en general se está perdiendo una característica que, quiero creer, alguna vez tuvo el periodismo: el sentido común. Hace un rato comentábamos como cada vez más los medios de comunicación están haciendo periodismo para Doña Rosa (hoy denominados "comentaristas"). Se está pensando el periodismo para freakis. Una aclaración (no es la primera vez que se hace desde acá): ¡los comentaristas no son los lectores! La repito: ¡los comentaristas no son los lectores! ¿Se imaginan si todas las personas que miran la tele, escuchan la radio o leen los diarios fueran como Doña Rosa o comentaristas de portales de noticias de Internet? Nos tendríamos que cortar las pelotas. Tendríamos que empezar a escribir definitivamente para pelotudos. "La gente", aunque muchos no lo crean, no es boluda. Termina dándose cuenta de las cosas. Si a todos les decis que pusieron una playa en Buenos Aires tal vez al principio digan "qué bueno". Pero después van a decir, "perá perá, esto es un paseo y alguna que otra reposera frente al río". Absorbidos en la vorágine de marketinear las noticias, el periodismo muchas veces se despega del sentido común y monta una función de circo que tarde o temprano finaliza.