sábado, 24 de enero de 2009

Obama no hope


Por Ariel Cappelletti

Muchos teóricos de la noticia (si cabe esta denominación), han dicho que “los medios construyen el acontecimiento”. La reciente asunción del nuevo presidente de Estados Unidos, es parte de esta afirmación teórica, mas allá de que realmente sea un acontecimiento de alcance mundial, en términos estrictos. Mucho se ha escrito sobre Obama, sobre todo en relación a las expectativas que genera su llegada a la Casa Blanca. "Cambio" es una de las palabras más repetidas. Además, sobran los juicios de valor: sobre su capacidad ejecutiva, su ascenso social- es decir, su caso concreto y realizado del sueño americano-, su vida personal y una larga lista de étceteras. Incluso sus hijas han sido atravesadas por la implacable lógica del marketing y sus dividendos monetarios, y son hoy dos simpáticas muñequitas morenas de plástico con las que otras niñas de carne y hueso juegan (si es que las niñas todavía juegan a las muñecas…) En fin. Dentro de todo lo leído y escuchado por estos días, recuerdo una frase de Chomsky, quien definió a Obama, como “un negro con alma de blanco”. Puede ser. Pero al menos para mí, la mejor definición, fue del propio “negro con alma de blanco”. Dijo que él, venía a mantener la posición de liderazgo (y por ende, de privilegio) que ocupa Estados Unidos en el mapa geopolítico mundial. ¿O que esperaban?