Trabajar en un medio y leer seis, siete u ocho diarios, mirar a la vez CrónicaTV, TN, Canal 26 y C5N y entrar a un sinfin de portales digitales de noticias por día, sin lugar a dudas, te deja pelotudo. Sin embargo, aunque parezca extraño, la salida está en la lectura: la literatura, en este caso. Leer una novela, cuentos, poesía e, incluso, ensayos, te permite salirte de la coyuntura diarreica de la (des)información que ofrecen hoy los medios de comunciación. A partir de la lectura atemporal (para catalogarla de alguna manera) es como se puede construir una crítica subjetiva, sobredeterminada sí, pero metódica y reflexiva de la "realidad". Hoy en día, diarios, portales e imágenes -desesperados por el marketing de la boludez- no pueden dejar absolutamente nada (puff, qué imbécil, el blog me quitó 10 minutos de Mankell y la oscuridad escandinava).